Como parte de los instrumentos de salvaguardas del MDE en México, se diseñaron los Planes de Manejo Ambiental (PMA) que acompañan la ejecución de los proyectos productivos que apoya el MDE. El objetivo de los PMA es identificar las medidas de mitigación que cada proyecto deberá implementar, para evitar o mitigar posibles impactos sociales y ambientales negativos asociados a su actividad productiva en el contexto de cada uno de los grupos beneficiarios. A partir de ello, se asegura la implementación de buenas prácticas, el cumplimiento del marco legal nacional e internacional, la atención, participación y mejora de condiciones de grupos de atención prioritaria. Asimismo, los PMA incluyen medidas para evitar riesgos relacionados con violencia por motivos de género y de seguridad ocupacional o laboral.

La construcción de los PMA es un proceso que involucra a los implementadores de cada proyecto y se realiza en varias etapas. Primero, el equipo de la Agencia Nacional Ejecutora, Rainforest Alliance México elabora un “PMA de escritorio” para cada proyecto, que será el documento de partida en el que se integrarán más adelante los insumos de cada grupo de trabajo. Esta primera versión del PMA se elabora a partir de una herramienta que permite, de forma automática, hacer una identificación preliminar de los riesgos y posibles impactos de una actividad productiva, así como las medidas de mitigación correspondientes. Posteriormente, en un taller, los implementadores de cada proyecto realizan un diagnóstico participativo para identificar por su cuenta estos mismos elementos (actividades, riesgos y medidas de mitigación), y es a partir de este diagnóstico que se logra consolidar y validar el PMA que implementará cada grupo de trabajo.

En 2019, se construyeron y validaron 42 PMA que ahora son implementados por los beneficiarios de la Ventana de Inclusión Financiera. Este año, uno de los retos que enfrenta el MDE, es la adaptación de la metodología para la construcción participativa de los 55 PMA para la Ventana de Inclusión Social, en el contexto del COVID-19. Para ello, se aprovechará el uso de herramientas remotas y procesos adaptativos atendiendo al contexto de cada grupo de trabajo para garantizar el proceso participativo, cumpliendo con las recomendaciones de higiene, salud y distanciamiento social, anteponiendo en todo momento la seguridad de las comunidades.