Buenas prácticas en sistemas de producción agrícola y ganadera
Tras la producción en masa y la alteración de los alimentos para consumo humano se ha generado una gran incertidumbre debido al desconocimiento del origen de estos y en particular de los químicos que contienen. Es por eso que los consumidores están cada vez más preocupados por obtener alimentos sanos, producidos de forma natural, respetando el medio ambiente y las condiciones de vida de los productores que los cultivan.
Las buenas prácticas son principios, normas y recomendaciones técnicas que son aplicadas para la producción, procesamiento y transporte de alimentos, para proteger al medio ambiente de los productos químicos y otros impactos potenciales, mejorar las condiciones de los trabajadores y cuidar la salud de los consumidores.
Las ventajas de hacer uso de buenas prácticas en la producción agrícola y ganadera son diversas. Entre las más importantes se encuentra la seguridad de las personas, ya que hay una mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, el bienestar de la familia agrícola y el de la seguridad alimentaria. Mientras que en el ámbito del medio ambiente, se busca asegurar que el agua y el suelo no se contaminen, que haya un uso responsable de insumos y que se garantice el cuidado de la biodiversidad.
Los proyectos productivos que apoya el MDE en México, cuentan con Planes de Manejo Ambiental Específicos (PMA) que incluyen una serie de buenas prácticas o medidas de mitigación para reducir al máximo los posibles impactos ambientales y sociales. Estas herramientas fueron desarrolladas de manera participativa con los implementadores de cada proyecto, para asegurar que las actividades incluidas en el PMA se adecuaran a sus necesidades.
Hacer uso de las buenas prácticas permite maximizar los beneficios económicos, medioambientales y de seguridad e inclusión para las comunidades, los productores y sus familias, posibles consumidores, para la tierra y la naturaleza.